24 mayo, 2015

Érase una vez en América recorre las escuelas del sur de Caracas

Con nuestra obra "Érase una vez en América" recorremos las escuelas de los barrios sur de Caracas patrocinados por Pdvsa La Estancia.
En la primera semana de presentaciones hemos conocido la sonrisa de 1.200 escolares de San Agustín, que con la venia de Fundarte, se reunieron en el bello teatro La Alameda. El segundo día de presentaciones tuvimos el honor de recibir entre el público dos preescolares. Los niños presenciaron en silencio los cincuenta minutos de la pieza. Lo cual nos hizo sentir muy honrados.

El jueves 28 de mayo el teatrino se levantó para dos funciones (9 y 11 am) en el auditorio escolar de la Gran Colombia de El Cementerio.


El 2 de junio abrimos las cortinas bajo el gran arbolón que da sombra a la calle El Paseo, detrás de la plaza Tiuna de Las Acacias. Allí compartimos con los niños de la Escuela Nicolás José Mendible.


La foto es ante seiscientos niños de la escuela Carmen Maizo de Bello detrás de la iglesia del casco histórico de El Valle.


14 mayo, 2015

Vivir en paz, un clásico del teatro de títeres venezolano

Vivir en paz (obra para títeres)
César Rengifo


Personajes
Vecino 1
Vecino 2
Vecina 3
Vecina 4
El Guapo
Poeta
Médico

ESCENARIO
Una calle en una aldea. Casitas, bosque, tierras labrantías, colina y cielo con pájaros y nubes. En escena están el Vecino 1 y la Vecina 3.

VECINO 1           Y el bandido me dijo: ¡Toma, toma, toma y toma!, y me dio una zaparapanda de golpes y tres puntapiés… ¡Ay!, cómo me duele todo el cuerpo.
VECINA 3           Y a mí me quitó la leña y como le reclamara, me dejó que pareciera una gallineta vieja; además, tóqueme usted aquí, ¿ve el chichón?, bueno, fue un puntapié… Ah cómo me duele.
VECINO 1           No hace sino buscar camorra. A don Lucas le robó el loro y la pimpina… ¡Ay, pero cómo me duele el trasero! (A lo lejos se oyen unos gritos de mujer) ¡Ay! ¡Ayyyyyyy! ¡Yayayayyyyyy!
VECINA 3           (Alarmadísima) ¿Oye usted? Algo sucede…
VECINO 1           (Inquieto) ¡A alguien están aporreando!
VECINA 4           (Entra en escena corriendo y desgreñada) ¡Ay, ay que me mata, socorro vecinos, socorro!
VECINO 1           (Con ganas de correr) ¿Qué le pasa, vecina?
VECINA 3           Seguro que se ha tropezado con el guapo.
VECINA 4           Así mismito es. Iba para el mercado a vender una cabrita, pero el hombrón ese me salió al paso y ¡zas, zas!, tarapán, pan, pan… Me agarró por los moños, me zarandeó bien zarandeada y me quitó la cabrita.  ¡Ayyyy, ay, ay, ayyy, ayyy, yaaayyy yaaayyyy!
VECINO 1           Cállese usted vecinita, cállese usted que puede hasta oírla y venir…
VECINO 2           (Llega sin aliento) Por… por ahí an… anda… me tiro una piedra… Me dijo que me fuera para mi casa a preparar almuerzo, pues ya va a ir a almorzar para allá… Se ha invitado él mismo y no tengo un centavo, présteme aunque sea medio, pues el hombre come mucho…
VECINO 1           Siempre se invita él mismo. El otro día llegó a mi casa y se comió toda la comida del mes…
VECINA 3           Y no se le puede decir nada, pues la emprende a golpes. No le gusta sino pelear, tirar tiros  y dar palos… Y aquí, para nosotros, le he visto un cuchillote así… Berrr… qué miedo.
VECINA 4           ¡Ayyyy, me horrorizo, pero es que me horrorizo!
VECINA 3           Dijo que nos iba a maltratar a palos si no le labrábamos su campo… Es capaza de hacerlo… ¡Ah, pero oigan, oigan! (Suenan tiros).
VECINO 1           Es capaz de hacerlos, vaya que si es capaz… Ah, oigo tiros… (Voltea inquieto) ¡Debe ser él… ay, mi madre!
VECINO 2           ¡No corramos, puede ser peor!
VECINA 4           ¡Me muero de miedo!
GUAPO               (Entra en escena riendo) Ja, ja, ja… ¿qué hacen ahí, idiotas? Necesito que carguen mucha leña para mi casa… rápido, pero rápido…
VECINA 3           Yo tengo que ir al mercado…
VECINO 1           Y yo donde el médico…
VECINO 2           Y yo tengo que llevar a pastar los bueyes…
GUAPO               Nada de eso, caras de chivo, tendrán que cargarme el agua porque si no… ¡tomen, tomen! ¡Tomen, tomen! (La emprende a golpes con todos). ¡Ja, ja, ja… tomen, tomen, tomen! ¡Les voy a partir los huesos!
VECINOS            (A un tiempo) ¡Ayyyyy, ayyyyyy, ayyyyy… ay, mi madre… ayyyyy!
GUAPO               (Golpeándolos) ¡Ja, ja, ja, tomen, tomen, tomen… y ojalá no hagan lo que les dije y rápido… ¡ja, ja, ja! (Se va alardeando de guapo).
VECINA 3           Ay, mi madre, ¡cómo me ha golpeado! ¡Casi no veo por este ojo!
VECINO 1           Me ha hecho más nudos que un saco de papas… ¡Ay, ay… ayyyyy!
VECINA 4           Creo que me ha desprendido un brazo y hundido el pecho… ¡Ayyyy, ayyyy, ayyyy!
VECINO 2           Y yo tendré que ponerme pañitos de árnica aquí. (Señala la espalda) ¡Ayyyy, mi mamaíta, ayyyy!
POETA                (Entra en escena distraído)
                            A la rana y los sapitos
                            les compraré zapatitos
                            y al ratón
                            un limón;
                            y un ramito de alhelí
                            al monito tití…
                            para la vaca
                            traeré una maraca
                            y si acaso sobra
                            dinero
                            compraré un sombrero
                            para
                            el sietecuero.
VECINOS            ¡Ayyyyy, ayyyyyy, ayyyyy!
POETA                (A los cinco) ¿Qué pasa, por qué chillan como pollos? ¿Acaso la tormenta y la creciente ha arrastrado las siembras, o el rabipelado se comió las gallinas?
VECINO 1           No es nada de eso, es algo más grave aún…
VECINO 3           ¡No es nada de gallinas y rabipelados!
POETA                No entiendo qué puede ser…
VECINA 3           ¡No es nada de gallinas ni rabipelados!
POETA                No entiendo qué puede ser…
VECINA 3           (Mirando para todos lados) Me da hasta miedo decirlo…
VECINO 2           Si sabe que hablamos es capaza de matarnos.
VECINA 4           Puede volver…
VECINO 1           (Al poeta) ¿Y usted quién es?
POETA                Yo soy un poeta… le canto al aire, a las nubes, al sol… (Recita)
                            Por donde paso
                            digo mi canto
pues soy poeta
del buen decir.
Tengo chambergo,
tengo melena
¡y hasta una pena
de peppermint!
VECINOS            Muy bien, muy bien… ¿y a qué más le canta…?
POETA                Canto al trabajo… a la paz, al amor, a la dicha… son mis hermanos el pájaro y la flauta.
VECINOS            Es maravilloso ser poeta…
POETA                Pero, ¿qué les ha pasado, por qué gritaban y gemían?
VECINA 3           Es que hay un hombre malo en la aldea que nos maltrata mucho.
VECINO 1           Es un guapo que sólo quiere vivir peleando. No habla sino de tiros y de cuchilladas y dice que le gusta el peligro y la guerra…
VECINA 4           no trabaja y hace que lo alimentemos…
POETA                Es horrible… horrible… Pero, ¿les pega de verdad?
VECINO 2           Vive repartiendo pescozones a diestra y siniestra… Ah, señor, pero mire usted… allá viene, allá viene… Estoy temblando, no puedo ni correr (Suenan a lo lejos unos tiros).
VECINO 3           Es él… él… él… quiero correr pero no me dan las piernas…
GUAPO               Ja, ja, ja, ja. ¿Todavía están aquí, cabezas de guacharacas? ¡Tomen, tomen, tomen! (Al poeta) Y tú, ¿quién eres? ¡Toma, también, filistrín, melenudo! Toma, oreja de teque-teque, toma, toma…! (Pega al poeta y lo tira al suelo, un vecino una vecina huyen, los otros dos quedan mal aporreados contra la boca de escena; el guapo se va jactanciosamente).
POETA                (Incorporándose, todo desaliñado) Caramba, caramba, me ha golpeado… ¿Dónde está mi lápiz? He perdido mi lápiz… Ah, y la nariz también, no la siento, ni este hombro tampoco ni los dientes… ¡Ay, mi madre, yo como que estoy muerto y soy un fantasma… ¡ay, ay… ay, ay….!
MÉDICO             (Entra en escena el médico) Ah, ¿qué pasa por aquí? He oído y veo que ha habido riña. ¿Por qué han peleado? Ah, pero es grave y veo que se necesitan mis conocimientos… Como médico que soy recetaré… Aquí llevo termómetro, píldoras y hasta bicarbonato de soda… (Al poeta) ¿Por qué han reñido?
POETA                Ay, ay… Ah, pero es usted médico… Entonces me recetará… No siento esta pierna, ni esta mano ni la cabeza.
MÉDICO             ¿Por qué riñeron ustedes?
POETA                Nadie ha reñido, señor médico, fue un gran guapo que habita en esta aldea y cuyo placer es aporrear a todo el mundo… ¡Ay, ay, pero véame usted!
VECINOS            (incorporándose) Ahí viene otra vez, ahí viene…
                            (Suenan unos tiros, los vecinos se incorporan y huyen despavoridos).
POETA                Ahí viene, escóndanse, escóndanse rápido… (El médico se esconde).
GUAPO               ¿Todavía estás auí, renacuajo parlante, cotorra seca? ¡Toma, toma, toma! (Pega al poeta) Me chocan los filistrines como tú. ¡Toma cigarrón melenudo, toma, toma!
POETA                ¡Ayyy mi madre, ayyy mi madre, ayyyy, yyyyayyyy!
GUAPO               (Dejando al poeta contra la boca de escena, todo matratado) Esto es vida… ja, ja, ja… Vengan más golpes y m{as peligros, ja, ja, ja… Guerra, tiros, palos… Ja, ja… Esto es vida. (El guapo se va tongoneando como un boxeador).
MÉDICO             (Saliendo del escondite) ¡Ah, qué bárbaro! Lo ha puesto como una guanábana… (Al poeta) Amigo, amigo, vuelva en sí… Ah, como que lo ha matado…
POETA                ¡Ayyyy, mi madre… ay, ay, ay…!
MÉDICO             Creo que le ha sacado todos los dientes…
POETA                ¡Yo estoy muerto… Yo lo que soy es un muerto… ayyyy abuuuuu!
MÉDICO             Calma amigo, calma… ahora hay dientes postizos, pelucas y orejas y hasta camillas… calma, calma.
POETA                ¡Yo lo que estoy es muerto, bummmm hummmm!
MÉDICO             Calma, calma… Ah, pero he observado a ese tipo y sé lo que tiene.
POETA                Diga usted, diga usted, ¿qué tiene?
MÉDICO             Óigame usted, oiga usted (le susurra algo al poeta).
POETA                ¡Cómo! ¿Usted cree…? Ah, si es así… ¿Y qué debemos hacer?
MÉDICO             Algo fácil, pero eso sí, rápidamente… Escuche, escuche… (Dice otro secreto al poeta).
POETA                Eso es, lo haremos ya, debemos hacerlo… (Llama a los vecinos) ¡Vecinos! ¡Ahhh, vecinos! ¡Vengan acá… vengan! (Llegan los vecinos; el poeta y el médico le susurran algo en los oídos).
VECINOS            (A coro) Con que esas tenemos…
POETA                Eso es…
VECINO 1           Entonces no hay que perder tiempo… ah, pero allí viene, escóndanse… (El médico y los vecinos se esconden, sólo queda en escena el poeta; se oyen unos tiros y entra el guapo).
GUAPO               ¡Ja, ja, ja, ja, ja, tiros, guerra, palos… jee, jee, je, jee!
POETA                (Haciéndose el indiferente).
                            Si la luna fuera
                            de anís y coco
                            me la comería
                            con leche muy fresca
                            ¡poquitico a poco!
GUAPO               Pero todavía está por aquí esta pavita amarilla. Ah, yo no quiero nada con poetas maquilludos. ¡Toma, toma, escarabajo conchudo, toma piojoso melenudo! ¡Toma, toma, toma, toma…! (Comienza a pegar al poeta; cuando lo hace entra el médico con todos los vecinos, rápidamente agarran al guapo, comienzan a golpearlo y lo tumban, luego lo alzan ya con una chaqueta de fuerza bien puesta; así, enchaquetado, comienzan a llevarlo).
MÉDICO             Al manicomio con él, al manicomio…
VECINOS            (En coro) ¡Al manicomio, vamos para el manicomio, eres un loco furioso! ¡Vamos!
GUAPO               (Forcejeando inútilmente) ¡Suéltenme, gallinas moquilludas, c aras de cochino, cobardes!
POETA                Su locura produce mil tumores, y es bueno que lo curen.
MÉDICO             Tiene la cabeza muy mal. (Se toca la suya) Pero muy mal, sólo los que están tocados del cerebro y que vulgarmente se llaman locos, piensan en guerras y en vivir peleando. La gente sana no sueña sino con la paz, el arte y el trabajo…
POETA                Eso es, yo siempre lo he dicho. no hay como vivir en paz. (Recita)
                            Por el aire baja un niño
                            con olivos y banderas
                            La paz le nace en el pecho
                            como una espiga ligera!
                            Sembremos niño,
tu espiga
en esta tarde de seda…
¡que nos dará frutos
y aromas enredaderas!
(Por el fondo, aparecen unos niños danzando, mientras cantan).
¡Dancemos, dancemos,
que ya en este lugar
la paz está sembrada
y frutos nos va a dar!
¡Dancemos, dancemos…!
MÉDICO             Todos queremos vivir en paz…
POETA                Así es, así es… ah, pero… pusss, pusss, pussst (tos)
MÉDICO             Ah, se me olvidaba, usted está enfermo… Le daré un purgante… un rico purgante… un delicioso purgante…
POETA                ¡Un purgante! ¡Zape, zape, zaperoco… me lo dará si me agarra…! (Huye despavorido, mientras el médico lo persigue).
MÉDICO             Párate ahí, pantalón de cuadritos… párate…

Telón

FIN DE LA OBRA